Hoy día, a la hora de comenzar un negocio, el emprendedor debe tener en cuenta que existen muchas opciones de negocio a su alrededor, una de ellas es la opción B, o mejor dicho las “Empresas B”.
Tú, emprendedor, que respetas la naturaleza y además de obtener beneficios económicos esperas generar un cambio en el consumidor, tengo la recomendación ideal para tí: únete al Sistema B. Este tipo de empresas tienen como principal filosofía darle una vuelta de tuerca al mercado, originar acción social y generar un cambio en sus colaboradores, tanto sus clientes como sus trabajadores. Hablamos de un compromiso hacia una economía innovada y sustentable en el tiempo. Cuidar el hábitat en el que se desarrolla el emprendimiento y realizar aportes sociales, son la clave para “ser la mejor empresa para el mundo y no la mejor del mundo”.
El Sistema B nació en los Estados Unidos en 2007 de la mano de B Lab y ya logró expandirse por Chile, Argentina, Brasil y Colombia. BLab es quien se encarga de certificar a las empresas en el Sistema B a nivel global. En todo el mundo hay más de 1000 empresas certificadas, de las cuales, más del 10% se encuentran en América del Sur ¡nada mal!
La certificación de este tipo de empresas, consta de realizar una revisión en detalle de todos los procesos que la empresa realiza y lograr identificar puntos de mejora para ser un agente de cambio, basándose en estándares ya pautados internacionalmente.
Lo primero que debe hacer una empresa B para lograr su certificación es un cuestionario de aproximadamente 100 preguntas, que se encuentra disponible en internet. Al ser gratuito y permanecer online, les da la posibilidad a las empresas de usar el cuestionario como herramienta de medición de su propio desempeño, aun así, sin querer comenzar una certificación. Virginia Pittaro, directora ejecutiva de Sistema B en Argentina, asegura que hay más de 17000 empresas que utilizan el cuestionario para evaluación propia.
Dicho cuestionario abarca áreas como gobierno, modelos de negocio, prácticas ambientales, entre otras. Si se obtiene entre 80 y 200 puntos, la empresa estará capacitada para continuar con la certificación. Deberá presentar la documentación correspondiente y realizar una intensa auditoria en conjunto.
“Hoy trabajamos en tres focos: con la empresa B, compartir la idea, difundirla para que muchos puedan transitar ese camino; luego, desarrollar el ecosistema B con el sector académico, el público, el de la inversión de impacto (industria de inversores) y líderes en general, y el tercero, en el desarrollo institucional” mencionó Pittaro.
Creer en una nueva filosofía de negocio, que contemple el cuidado ambiental y la acción social por encima del lucro financiero es posible, solo debemos continuar el legajo de la Empresa B.